PROTEGER EN SU JUSTA MEDIDA

A menudo se escucha decir “yo a su edad ya hacía…” acompañado de un comentario sobre lo excesivamente protegidos o consentidos que se tiene ahora a los niños. No faltan tampoco observaciones sobre las cosas que hacemos como padres que nuestros padres no hacían por nosotros.
Al margen de consideraciones personales basadas en la experiencia vital de cada uno, difícilmente extrapolables y no siempre adecuadas para todos los casos, existen unos rasgos objetivos que marcan la línea que separa a unos padres dedicados a sus hijos de unos padres sobreprotectores.
Podemos señalar 4 razones básicas por las cuales los padres sobreprotegen a sus hijos:

  • Los padres no saben identificar cuándo el niño está preparado para asumir nuevas responsabilidades. Esto se debe a que el desarrollo del niño es gradual y eso dificulta identificar ciertos cambios que permiten conocer el grado de madurez del niño.
  • Los padres no quieren dar autonomía a sus hijos para que sigan dependiendo de ellos. Las características de carácter y circunstancias vitales de los padres están en la base de este punto.
  • Comodidad. Es más sencillo realizar una tarea que el niño puede hacer, que dejar que la haga él. En la rutina hogareña se tiende a repetir los comportamientos que permiten un desarrollo fácil de la convivencia y los cambios pueden ser incómodos aunque sean pequeños.
  • Impaciencia. Con frecuencia es más sencillo hacer uno mismo una tarea que dejar que la haga el niño ya que por inexperiencia va a emplear más tiempo. Hay que aceptar que el niño va a necesitar un tiempo de aprendizaje y que las primeras veces que realiza una tarea no lo hará de manera perfecta.

Si has argumentado algunas de estas razones frecuentemente en los últimos meses, tenemos unos consejos que te ayudarán a no ser sobreprotector o sobreprotectora:

  • No hacer cosas por tu hijo que pueda hacer el mismo. Esta es la regla de Oro. Para saber si el niño está preparado para nuevas responsabilidades se debe estar atento a lo que otros niños de su edad hacen, la capacidad de tu hijo y lo que le piden en el colegio.
  • Favorecer la autonomía y la independencia. Hay que modificar las responsabilidades que se le exigen al niño a medida que se desarrolle.
  • Dejar que el niño realice por si mismo las tareas que se le piden. Esto contribuye a la adquisición de su autoestima ya que se le da el mensaje de que es capaz de hacer las nuevas tareas que se encomiendan.
  • No intentar solucionar todos sus problemas o evitar todos sus errores. Si el niño está contrariado por algo debe aprende a solucionar sus dificultades, lo cual le ayudará a ser responsable y a aceptar las consecuencias de sus errores.
  • Estimular a los niños a ayudar en las tareas de la casa aunque no sea muy eficaz.
  • Permitir que tome algunas decisiones que no afecten su salud y seguridad:

-La ropa que se pone
-La comida en alguna ocasiones y entre dos opciones
-El regalo de un amigo dentro de un presupuesto
-Más adelante podrá decir como decora su habitación.

EQUIPO ILD PSICOLOGÍA

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