TRASTORNO ESPECÍFICO DEL LENGUAJE (TEL)
- Características
Los niños con TEL tienen dificultades en alguna o todas las dimensiones lingüísticas. Puede estar afectada la expresión solamente o también la comprensión y la expresión oral. Sin embargo, estos déficits en el lenguaje de los TEL no se corresponden con sus capacidades intelectuales- cognitivas, que se encuentran dentro de la normalidad, así como su audición y aspectos neurológicos, aunque su lenguaje oral está claramente retrasado con respecto a su edad.
- Dificultades:
Vocabulario expresivo muy limitado; dificultad en acceder al significado y en aprender palabras nuevas. Habla ininteligible. Persistencia de problemas de pronunciación después de los 5 años o posterior. Dificultad en la organización gramatical
Los problemas no se limitan al ámbito oral, sino también se extienden a la lectura, a la interacción y comunicación social. Dificultades en la conversación.
Correlaciona con problemas de conducta
Problemas en la adquisición de la lecto- escritura Problemas de aprendizaje escolar y académico.
- Diferentes niveles de gravedad
No es un simple retraso del lenguaje. En un retraso del lenguaje las dificultades de comprensión o expresión se reducen con el tiempo y el niño responde bien a la intervención logopédica.
En el TEL la dificultad es persistente y resistente al tratamiento. Existe evolución y mejora pero es más lenta y difícil.
No existen datos en nuestro país de la incidencia en la población, porque es difícil delimitar el trastorno. Se estima en más de un 3% de la población escolar, aunque diferentes autores lo fijan hasta un 7%.
- Etiología no es clara
Clínicamente, no hay una causa que identifique estas carencias, aunque hay bastante acuerdo científico en tribuir las causas del T.E.L. a factores neurobiológicos.
- Consecuencias
Como consecuencia de este retraso del lenguaje suelen presentar dificultades en el aprendizaje de la lectoescritura, similares a los disléxicos y consiguientemente importantes problemas educativos y académicos. Estas dificultades dificultan, a su vez, las relaciones sociales del niño, pudiendo llegar a la adolescencia, con conductas de aislamiento o con una vida social reducida.
- Importancia de la detección precoz
La detección precoz es básica para poder iniciar el tratamiento lo antes posible y minimizar los riesgos que conlleva a lo largo de la vida del niño.
El problema puede detectarse desde edades muy tempranas, es decir, desde los 2 o 2 años y medio, cuando se observa en el niño un retraso importante del lenguaje. Este desfase se manifiesta porque el pequeño no comprende lo que se le dice no dice palabras o frases.
Existe tratamiento para las diferentes dificultades que presentan.
Estos niños con TEL constituyen una población de riesgo a posibles problemas
escolares, conductuales sociales de integración, emocionales, etc.
- La Familia
Los padres de los niños con TEL necesitan información, apoyo y orientación de cómo ayudar a sus hijos en el día a día, en cómo estimular el lenguaje, cómo realizar la adaptaciones de su propio lenguaje al hablar o conversar con el niño e igualmente cómo tratarle en su conducta, para que el niño se beneficie de estos ajustes en su vida familiar y social y le facilite su evolución.
Existen asociaciones de familias de niños TEL, que pueden ser un apoyo para encontrar ayudas o soluciones colectivas.
- Escolarización
No existen soluciones de escolarización adecuadas para las dificultades que presentan estos niños.
Presentan problemas severos en el aprendizaje de la lectura en los niños con TEL los cuales tienen consecuencias graves para la participación y adaptación en el ámbito escolar y social.
Requieren apoyos escolares y son niños de necesidades educativas especiales en el contexto escolar.
Los profesionales, como profesores de educación infantil, de primaria y secundaria, psicólogos, orientadores y logopedas deben recibir información sobre el problema y su evolución y conocer las complicaciones que conlleva a lo largo del desarrollo del niño y cómo se trata.
Fdo: Alicia Fernández-Zúñiga (afzuniga@ild.es)
Psicóloga clínica infantil