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mar
13

DÍA INTERNACIONAL DE LA LOGOPEDIA

El pasado 6 de marzo de 2013 se celebró el día Europeo de la Logopedia. Con motivo de esta celebración la se proponen realizar una serie de actividades para concienciar a la sociedad sobre las patologías del habla y del lenguaje. El tema de este año ha sido “Trastorno Específico del Lenguaje, desarrollo del lenguaje, lecto- escritura”.

Con este día se pretende poner de manifiesto la importancia de la labor profesional de los logopedas, tratando de realizar intercambios de conocimiento y experiencia entre todos los logopedas europeos, enfatizar la importancia de la prevención de las alteraciones de la comunicación, el lenguaje, el habla, la voz, la audición y la deglución y aumentar la necesidad social de esta profesión en Europa.

Este día fundamentalmente trata de informar a pacientes, profesionales, políticos, periodistas y a la sociedad en general de todos los trastornos del lenguaje y comunicación, sobre su detección, evaluación y tratamientos posibles, así como la repercusión de estas dificultades en la vida personal, social, escolar y laboral de las personas afectadas.

Desde la Asociación Española de Logopedia, Foniatría y Audiología han preparado un anexo con la traducción y adaptación del texto elaborado por el Cómite de Alizanza de Logopedas de la Unión Europea (CPLOL), y se puede consultar las versiones originales:

Versión inglesa

Versión francesa

Sara Gambra Moleres

Psicóloga

EQUIPO ILD PSICOLOGÍA

feb
28

El niño adoptado: La importancia de la evaluación psicológica

Basado en el artículo “No puedo relacionarme con mi hijo; niño adoptado y niño autista”, de nuestra compañera Ana Cogolludo Núñez.

En la actualidad, los casos de adopción han aumentado considerablemente en nuestro país, siendo cada vez mayor la necesidad por parte de los profesionales de la salud y la atención a la infancia de aumentar sus conocimientos al respecto y poder ofrecer así un buen servicio a las familias con niños adoptados.

El niño adoptado requiere una especial atención al encontrarse dentro de un grupo de riesgo de padecer enfermedades médicas o psicológicas, debido a su historia de carencias nutricionales, afectivas, de estimulación, aprendizaje, etc. que han podido darse durante los primeros meses (o incluso años) de su vida y que normalmente se desconocen debido a la poca información que se proporciona sobre el pequeño. Asimismo, son frecuentes los casos en los que no hay datos sobre los antecedentes familiares y que son fundamentales para comprender el desarrollo médico y cognitivo posterior del niño.

Por todo ello, es imprescindible que a su llegada a España los padres adoptivos acudan a los profesionales médicos para que evalúen el estado general de salud del niño. Aunque la valoración que se lleva a cabo normalmente se centra en las patologías físicas, también se deben revisar los aspectos relacionados con el ámbito de la psicología y del desarrollo general (cognición, lenguaje, atención, aprendizaje, socio-emocional). Es importante que los padres adoptivos sepan que su hijo puede presentar retraso en la adquisición de ciertas capacidades, incluyendo aquéllas que permiten establecer relaciones emocionales con los demás.

Un ambiente de origen poco adecuado y con escasos recursos, unido al cambio generado por la adopción (cambios en la vinculación afectiva y en el contexto familiar, social y lingüístico) y a las consecuentes demandas del entorno, puede favorecer la aparición de comportamientos inadecuados en el niño: dificultades en la comprensión y expresión de emociones, conductas de aislamiento, de resistencia a ser atendidos o consolados o, al contrario, parecer excesivamente desinhibidos (presentando comportamientos emocionales similares tanto con sus padres como con los desconocidos). Tales conductas son comprensibles y, hasta cierto punto, esperables, y lo normal es que con el tiempo disminuyan, a medida que el niño se vaya adaptando a la nueva situación.

No obstante, puede ocurrir que el niño no evolucione como se esperaba y que sus alteraciones comportamentales se mantengan. De ser así, es fundamental que los padres acudan a consulta para que se lleve a cabo una evaluación psicológica y se valore la necesidad de iniciar un tratamiento encaminado a intervenir sobre las dificultades que el niño presenta. La evaluación es imprescindible en estos casos porque permite identificar o descartar la existencia de alteraciones graves en el desarrollo, siendo el autismo la patología más severa.

Más información:

¡Quiero adoptar!
Alicia Fernández-Zuñiga, Carolina Rodríguez, Aurora Moya, Jorge E. Morgado

Editorial Ediciones CEAC. 2009

Después de adoptar

Alicia Fernández-Zuñiga, Carolina Rodríguez, Aurora Moya, Jorge E. Morgado
Editorial Ediciones Ceac. 2009

CARMEN MANTECA MERINO

Psicóloga

EQUIPO ILD PSICOLOGÍA

oct
31

TARTAMUDEZ

El pasado día 22 de octubre se celebró el Día Internacional de la Tartamudez. Fue creado en 1998 por la European League of Stuttering Association, con el fin de favorecer la integración social de las personas con tartamudez. Y con la intención de favorecer las relaciones entre investigadores, profesionales y afectados para aumentar el conocimiento sobre el trastorno. El objetivo de este día es cambiar las actitudes hacia las personas que tartamudean, concienciando y sensibilizando a la gente sobre dicho trastorno. La falta de conocimiento causa ideas erróneas sobre la tartamudez y provoca, en muchas ocasiones, no saber cómo dirigirse o cómo actuar ante personas que están cometiendo faltas de fluidez.

La Tartamudez se refiere a una dificultad en hablar de forma fluida debido a distintas alteraciones que no son voluntarias ni aprendidas (repeticiones, prolongaciones, bloqueos o pausas inadecuadas). Con frecuencia, junto a estas disfluencias, aparecen ciertas conductas como manifestaciones de tensión, ansiedad, pensamientos y sentimientos negativos. Igualmente, en ocasiones, las personas con tartamudez muestran una tendencia a evitar hablar que puede alterar sus relaciones sociales. La incidencia de este trastorno, según la Fundación Americana de la Tartamudez, es de un 2,3% en el total de la población.

Existen ciertas creencias erróneas acerca de la tartamudez, que pueden modificar las actitudes del entorno hacia las personas con un habla no fluida. Una de ellas, es que las personas con faltas de fluidez no son inteligentes. Sin embargo, es un trastorno que no está relacionado con una baja capacidad. Otra de estas ideas es que la tartamudez no es recuperable. Sin embargo, existe una tendencia a que la tartamudez remita espontáneamente. La investigación indica que el pronóstico de recuperación puede alcanzar el 82% si se consulta antes de los 5 años y los padres reciben orientaciones. Si la evaluación es posterior a los 5 años el porcentaje se reduce al 37%. Según la APA (American Psychological Association, 2002) la prevalencia en población escolar es del 1%. En adultos es más baja.

Se desconoce el origen de dicha sintomatología. La investigación ha proporcionado datos que llevan a plantear que el trastorno es una combinación de factores genéticos y de predisposición fisiológica que interactúan con factores ambientales (el entorno) y de desarrollo del individuo. Aunque no se sabe en qué medida estos factores interactúan, sí sabemos cómo los aspectos ambientales pueden contribuir a que se mantengan los errores de habla no fluida. Por tanto, las actitudes de los que rodean a la persona con faltas de fluidez, son importantes en el mantenimiento del problema. En este marco, existen ciertas cosas que podemos modificar al comunicarnos con personas con tartamudez:

  • No interrumpir o acabar las palabras o frases, esperar a que la otra persona termine.
  • Reducir las preguntas directas, sustituyéndolas por comentarios o por preguntas que ofrezcan varias alternativas.
  • Mirar a los ojos de forma natural.
  • Mantener una escucha activa, mostrando, mediante comunicación verbal y no verbal, que estamos escuchando a la otra persona.
  • Centrarnos en qué está diciendo, más que en cómo lo está diciendo.
  • Hablar lento, realizando pausas.
  • Respetar los turnos de conversación.
  • En el caso de niños, ajustar nuestro lenguaje a su nivel del desarrollo.

Estas actitudes favorecen la fluidez en el habla cuando mantenemos una conversación con personas con disfluencias. El entorno juega un papel importante en el desarrollo y mantenimiento de la tartamudez. Sin embargo, son muchos los factores que se deben controlar. Por tanto, es recomendable acudir a la ayuda de un especialista cuanto antes, con el fin de poder enfrentarse a las situaciones de comunicación sin dificultad.

Cristina Gutierrez Ruiz

Psicóloga

EQUIPO ILD PSICOLOGÍA

oct
22

DIFICULTADES DE APRENDIZAJE. ¿QUÉ SON?

Hoy en día es frecuente oír hablar de dificultades de aprendizaje. Todos tenemos algún familiar, amigo o conocido que presente este problema pero, ¿qué son exactamente las dificultades de aprendizaje (DA)?

Definimos DA como un conjunto de trastornos que se caracterizan por un rendimiento en lenguaje, lectura, escritura o cálculo por debajo de los esperado para su edad y curso. Si se realiza una intervención con los recursos y estrategias apropiadas, estos problemas pueden superarse.

Estas dificultades suelen tener su base en algunos procesos psicológicos básicos como atención, memoria, percepción, lenguaje, capacidad de autorregular los procesos mentales; así como factores emocionales y motivacionales. Aunque en algunos casos puede existir cierta heredabilidad de padres a hijos, el ambiente es un factor determinante. El estilo de crianza de los padres, el nivel de exigencia o el tipo de estimulación, son algunos de los elementos ambientales, sobre los cuales una intervención puede ser positiva de cara a la búsqueda de una mejoría.

Los niños que presentan DA son un grupo heterogéneo. No todos muestran las mismas características. Asimismo, las dificultades no se muestran en las mismas áreas. Los sistemas de clasificación actuales diferencian entre dificultades en el área lectora (dislexia), área de escritura (disgrafia) y en las habilidades matemáticas (discalculia).

Este tipo de dificultades afecta a entre 15 y 20 de cada 100 niños, presentándose con más frecuencia en varones. La mayor parte acude a consulta entre los 6 y los 8 años, derivados por los profesores, cuando las dificultades ya están consolidadas. Sin embargo, existen algunos indicadores que nos pueden ayudar a detectar las DA en su origen (fallos en atención, memoria, percepción, errores de pronunciación, problemas para repetir palabras largas, etc.). Además hay factores de riesgo que aumentan la probabilidad de aparición de estos problemas (bajo peso al nacer, edad gestacional inferior a las 36 semanas, antecedentes familiares de DA o trastornos del lenguaje, retraso en la adquisición de las primeras palabras entre otros).

Por lo tanto, resulta clave el diagnóstico precoz de los DA. Está comprobado que una detección tardía o una falta de intervención, puede originar que estos niños y adolescentes presenten en el futuro fracaso escolar, problemas emocionales, conductuales y de adaptación.

Virginia Montero Parras
Psicóloga
EQUIPO ILD PSICOLOGÍA

sep
17

CÓMO ESTIMULAR EL LENGUAJE EN LOS NIÑOS

En nuestra entrada de blog anterior hicimos una breve descripción de los signos de alarma que debemos tener en cuenta para saber si un niño tiene retraso del lenguaje. En esta nueva entrada nos parecía importante dar unas pequeñas pautas que los padres pueden utilizar para mejorar el lenguaje de sus hijos.

Los padres son los que mejor pueden estimular el lenguaje del niño de una forma natural mientras se relacionan con él. Por ello, algunas de las pautas para favorecer el lenguaje de su hijo son las siguientes:

• Cuando el niño emite sonidos, escucharle, imitarle y darle tiempo para ver si lo repite. En ese caso, prestarle atención, sonreír y decir algo agradable o cariñoso, con el fin de que participe activamente en estos juegos y proponer sonidos nuevos con secuencias más largas cada vez y aparezcan, finalmente, las palabras.

• Tener en cuenta aquellas cosas que le gustan al niño, las que le resultan interesantes, divertidas, las que tienen que ver con personas o acontecimientos importantes para él (cumpleaños, fiestas, vacaciones, etc).

• A la hora de conversar, es necesario compartir aquello sobre lo que se está hablando; referirse a personas, juegos o acontecimientos que suceden en ese momento, son de su ambiente y a los que está prestando atención; ponerse a su altura y mirarle a los ojos, establecer turnos para hablar y mantener la atención el uno en el otro.

• Hablarle cuando está disfrutando de actividades que le gustan y/o dedicar 10-15 minutos diarios en aquellas que son de su interés (ej. cuentos); adaptar nuestro lenguaje al niño; emplear un tono agradable, despacio y claro, con frases entre 1 y 4 palabras; repetir frases con frecuencia; hacer pausas para delimitar el comienzo y final entre frases e ir aumentando progresivamente la longitud de las expresiones y el vocabulario.

• Para desarrollar su vocabulario, esperar a que el niño diga una palabra espontáneamente mientras juega o dibuja, sonreír y repetir lo que ha dicho. Si no dice nada, comentar algo relacionado con lo que está haciendo y esperar a que lo imite. También, se le puede preguntar para que diga la palabra, sin decírselo antes (ej. ¿Qué es eso?, ¿Qué hace?). Si no responde, le daremos el modelo.

• Cuando se equivoca, no corregirle. Es preferible ignorar y decirle a continuación la palabra correcta para que lo repita después.

• Evitar preguntarle insistentemente o hacerle repetir de forma forzada. Es mejor que su lenguaje sea espontáneo.

• Cuando ya habla, enseñarle los nombres de las cosas cotidianas; cantarle, hablarle y leer frecuentemente; aumentar sus experiencias y describirle las sensaciones nuevas; utilizar variedad de palabras para que oiga un vocabulario amplio y repetir constantemente las palabras; darle objetos para que los manipule mientras se los describimos de diferentes formas (ej. manzana: redonda, suave, roja, dulce, para comer, hacer zumos, etc), después presentar otra cosa y hacer comparaciones; clasificar las palabras en categorías (con 4 años) y enseñarle los contrarios.

• Cuando ya emite sus primeras frases, estimular la aparición de más palabras dentro de la oración; cuando diga algo de forma inmadura o incompleta, añadir la forma gramatical o el vocabulario apropiado, sin incluir nueva información; relacionar lo que dice con otros temas; ayudarle a conocer y expresar el presente, pasado y futuro inmediato mediante el uso de preguntas (ej. ¿qué has hecho esta mañana?, ¿Cuándo es el cumpleaños de tu amigo?).

Si después de estimular su lenguaje continúa teniendo dificultades y no evoluciona, es conveniente buscar ayuda, pudiendo acudir a clínicas especializadas en lenguaje y habla, centros psicológicos y logopédicos.

Cinthia Sánchez Pacha
Psicóloga
EQUIPO ILD PSICOLOGÍA

sep
5

CÓMO SABER SI UN NIÑO TIENE RETRASO DEL LENGUAJE

En ocasiones, observamos que el niño no es capaz de comunicarse como esperamos, le faltan palabras y no consigue explicarse. Otras, le escuchamos decir muchas cosas pero no entendemos lo que dice, por lo que el niño se desespera o enfada. Ello nos hace darnos cuenta de que sus dificultades de lenguaje le dificultan la relación con su familia y con otros niños.

También, es posible que le haga retraerse de hablar o aislarse y que muestre problemas de conducta si no encuentra el medio de pedir o expresar sus deseos. Es decir, puede afectar a su socialización y comportamiento general. Asimismo, puede influir después en los aprendizajes escolares, tales como la adquisición de la lectoescritura.

Los padres deberán empezar a preocuparse cuando:

• A los 18 meses:
-no comprende órdenes sencillas,
-no usa una “jerga” para hablar (combinación de sonidos incomprensibles pero con entonación),
-no señala un objeto para mostrarlo o pedir algo,
-no hace gestos para representar un objeto o acción (ej. llevarse la mano a la boca para indicar comida),
-no dice onomatopeyas (ej. “tete” por chupete).

• Con 30 meses:
-no dispone de un vocabulario básico relacionado con las personas o situaciones cotidianas e importantes para él (menos de 100 palabras),
-no utiliza ningún tipo de combinación de palabras (ej. “quero pan”),
-tiene dificultades en entender frases u órdenes sencillas,
-cuando manifiesta otras dificultades, tales como problemas de conducta o que no se relaciona bien con otros niños o adultos.

• Cuando a los 3 años:
-no produce frases de dos o tres palabras
-en su pronunciación cuesta distinguir los sonidos que se adquieren pronto (m, n, p, l b, c, d, k, t).

A los 4 años:
-su habla es poco inteligible,
-tiene problemas de pronunciación y cuesta entender lo que dice,
-la estructura de las frases es muy simple.

• Con 5 ó 6 años:
-continúa cometiendo errores de pronunciación,
-no utiliza bien el orden de las palabras
-las oraciones son simples y no emplea oraciones subordinadas.

Cinthia Sánchez Pacha
Psicóloga
EQUIPO ILD PSICOLOGÍA

jul
20

20 señales para identificar a un niño autista

El niño autista

El autismo es la posibilidad más grave dentro de un conjunto de trastornos que comparten una serie de dificultades y alteraciones denominados Trastornos del Espectro Autista (TEA). Tales alteraciones se producen en el ámbito de la comunicación y el lenguaje, la interacción social y las relaciones con los demás, y en el comportamiento, los intereses y la imaginación. Se habla de espectro más que de una categoría estanca debido a que las dificultades que engloba el término TEA son muy dispares en cuanto al nivel de afectación de los niños que lo sufren. Su origen es todavía desconocido, aunque la investigación apunta a que se debe a una formación inadecuada del sistema nervioso, comenzando sus manifestaciones a ser evidentes alrededor de los 18 meses de edad, siendo los tres años la edad límite de aparición.

Señales para identificar a un niño autista:

A)Alteración de la interacción social. Ejemplos:

-Es poco expresivo; además, le cuesta dirigir a otras personas expresiones faciales apropiadas.
-Si se hace daño, no busca que le consuelen ni consuela a otros niños si les ve llorando.
-Le cuesta establecer contacto ocular con el otro y, cuando lo hace, normalmente no mantiene la mirada durante mucho tiempo.
-No mira a los adultos para compartir situaciones que le interesan o para saber cómo actuar en situaciones nuevas o extrañas.
-No suele mirar lo que hacen otros adultos o niños.
-Tiene poco interés por compartir juegos o juguetes con sus padres o con sus iguales.
-No suele atender cuando se le habla (por ejemplo, no responde cuando se le llama por su nombre).
-Sin embargo, muestra una atención inmediata a ruidos irrelevantes del entorno (sonido de coches, ruido de la lavadora, timbres, etc.).

B)Alteración de la comunicación. Ejemplos:

-Suele haber retraso en el desarrollo del lenguaje. En ocasiones, el niño adquiere las primeras palabras y luego las pierde; otras veces, no llega a desarrollar lenguaje.
-A pesar de sus dificultades en el lenguaje, no utiliza gestos ni mímica para hacerse entender.
-No utiliza el gesto de señalar y, si lo hace, no es para compartir algo que le llame la atención, sino para pedir aquello que necesita.
-Pide cosas o acciones llevando de la mano al adulto.
-Cuando sí hay lenguaje, éste está alterado tanto en los aspectos no verbales (entonación, ritmo, volumen, etc.) como en los verbales. Por ejemplo, el niño puede decir cosas sin sentido y repetirlas una y otra vez, sin una clara intención comunicativa.

C)Alteración de la imaginación. Ejemplos:

-Le interesan muy pocas cosas, pero de un modo absorbente e incluso obsesivo. Por ejemplo, le gusta ver una y otra vez la misma película de vídeo.
-Su juego es solitario, poco imaginativo y repetitivo: alinear los juguetes de un modo determinado, abrir y cerrar puertas, botar la pelota, realizar torres una y otra vez…
-No hay un uso adecuado de los juguetes, de tal modo que el niño prefiera ordenar los coches en fila en vez de hacerlos rodar por el suelo, o ponerlos boca abajo y girar las ruedas manualmente.
-Además, con frecuencia muestra interés por detalles físicos irrelevantes de los objetos (luces, resortes, pegatinas de los juegos, etc.).
-Tiene rituales o manías como llevar siempre dos objetos de la misma clase, uno en cada mano, cuando sale de casa.
-Se resiste a los cambios de rutina, manifestándolo con enfados y rabietas. No le gustan las nuevas experiencias.
-Es selectivo para todo: tolera muy pocos alimentos, ropas, olores, ruidos…

Tratamiento

Los padres de un niño con autismo deben ser conscientes de que su hijo va a necesitar tratamientos específicos a lo largo de todo el ciclo vital, ya que se trata de un trastorno con una base genética y, consecuentemente, las dificultades irán cambiando pero no desaparecerán.
La intervención con el niño es fundamental y debe estar dirigida a favorecer su adaptación al medio familiar, escolar y social, así como a potenciar su desarrollo cognitivo, comunicativo, lingüístico y emocional. Paralelamente, se deben proporcionar orientaciones a los padres para manejar las conductas de su hijo y para comprender y adaptarse mejor a la forma de relacionarse con el mundo que tiene el niño. El objetivo final del tratamiento debe ser, por tanto, mejorar la calidad de vida del niño y de su familia.

Carmen Manteca Merino
Psicóloga
EQUIPO ILD

may
23

E-MINTZA. NUEVA APLICACIÓN GRATUITA PARA TRABAJAR CON TEA

Uno de los principales obstáculos con que se encuentran algunas personas que presentan trastornos dentro del espectro autista u otras patologías que implican dificultades de comunicación, es que no pueden adquirir el lenguaje oral con normalidad. Para el tratamiento de estas dificultades se han desarrollado múltiples métodos de intervención que se apoyan en códigos distintos a los vocales (gestos, signos, imágenes) y tienen como finalidad estimular actos de comunicación funcionales y espontáneos. Sirven para complementar el lenguaje oral en los casos en los que éste no es suficiente o para sustituirlo cuando no se da o no se puede comprender. Son los llamados Sistemas Aumentativos y Alternativos de la Comunicación, SAAC.

Actualmente, el desarrollo de las nuevas tecnologías ha facilitado la creación de recursos multimedia que resultan muy adecuados para el tratamiento de las dificultades de comunicación. Dentro de los SAAC que precisan un soporte tecnológico, han ido adquiriendo importancia los programas informáticos.

En este contexto, resulta interesante el programa E-Minzta, desarollado por la Fundación Doctor Carlos Elósegui (Policlínica de Guipuzcoa) y la Fundación Orange en colaboración con Nesplora, con la participación de la Asociación de Autismo Gautena y el apoyo del Ministerio de Industria. E-Mintza (“habla electrónica” en euskera) es una aplicación informática que funciona en Windows, MacOS y en tabletas con Android a partir de la versión 2.2. Ofrece un repertorio de imágenes (pictogramas) clasificadas en diversas categorías. Los usuarios pueden seleccionar dichas imágenes (asociadas a su forma escrita y hablada) y formar frases, de forma que puedan ser comprendidos por otras personas. Así pueden elaborar mensajes que cubren diversas funciones comunicativas (peticiones, quejas, realizar preguntas, compartir, nombrar), que son significativos para ellos y que favorecen su autonomía.

El programa, a su vez, incluye la posibilidad de la creación de agendas diarias personalizadas que permiten programar actividades para cada día. Este recurso es muy útil especialmente en personas con trastornos del Espectro Autista, ya que un rasgo característico de dichos trastornos es la falta de capacidad para procesar información significativa que se traduce en incertidumbre de no saber qué va a pasar. La agenda aporta información sobre cuál es la secuencia de eventos que van a ocurrir y les permite manejar aquellos que les puedan generar frustración. Les ayuda a anticiparse, aportando información para regular su conducta. Otra característica es que la aplicación incluye una pestaña en la que aparecen los datos personales y de contacto del usuario para ser consultados en caso de necesidad.

E-Mintza presenta visibles ventajas relacionadas con el tipo de material y de soporte. En primer lugar, el material visual resulta idóneo para trabajar con personas con dificultades de lenguaje oral. Las imágenes tienen un carácter permanente que contrasta con el carácter efímero del lenguaje. Al ser estímulos que no se desvanecen rápidamente, como ocurre con el lenguaje hablado, facilitan el procesamiento de la información y la capacidad de atención. Asimismo, las imágenes en este programa son fácilmente seleccionables (bien mediante el ratón en el ordenador o de forma táctil en las tabletas) y se pueden manipular fácilmente y de manera intuitiva. Por otro lado, es un instrumento que puede ser utilizado en diversas plataformas y contextos y es accesible para todo el mundo ya que su descarga es gratuita.

Sin duda una de las ventajas más importantes de E-Mintza es que se puede personalizar. Aunque la aplicación incluye imágenes predeterminadas, se pueden crear fácilmente imágenes propias, adjuntando fácilmente un archivo de imagen, audio y la etiqueta que se quiera asociar. De esta forma, se pueden seleccionar imágenes que se ajusten al nivel de desarrollo del usuario, favoreciendo el aprendizaje, así como a sus propios intereses, aumentado su motivación e intención comunicativa.

En suma, es un recurso personalizable y de fácil acceso, útil para favorecer la comunicación de aquellas personas con dificultades en el lenguaje oral.

Cristina Gutierrez Ruíz
Psicóloga
EQUIPO ILD PSICOLOGÍA

may
7

El control de impulsos en los niños. Test Marshmallow

El video que han podido visualizar es una réplica del famoso experimento “Test of Marshmallow”, llevado a cabo en los años 60 por el psicólogo Walter Mischel. Su objetivo era mostrar la importancia del control de impulsos ante el refuerzo retardado como predictor de éxito.

La tarea era igual a la mostrada en el video: seleccionó a niños de 4 años, a los que sentaban de uno en uno delante de una mesa en la que hay un “marshmallow” (malvavisco). Se les explicaba que podían comerse el dulce cuando ellos quieran, pero que si eran capaces de esperar un rato (15 minutos) conseguirán otro más. En un estudio longitudinal, Walter Mischel comprobó cómo los niños que fueron capaces de no comerse el dulce, a los 40 años eran personas más competentes socialmente y con un gran éxito académico.

Pero, ¿qué es lo que diferencia a los niños que son capaces de esperar, frente a los que no? La clave reside en su capacidad de autocontrol. Los psicólogos entendemos por autocontrol, la capacidad consciente de regular los impulsos de manera voluntaria. Esta capacidad no se encuentra igual de desarrollada en todas las personas. Aquellos niños que muestran un pobre autocontrol se caracterizan por:

o Falta de conciencia sobre lo que sucede.
o Atención lábil y dispersa.
o Dificultades para desarrollar hábitos básicos.
o Dificultad para seguir instrucciones y órdenes de gran complejidad.
o Falta de constancia en las tareas que realizan
o No son capaces de aprender por ensayo y error
o Falta de generación de alternativas diferentes ante problemas.
o Muestran problemas para controlar sus propias emociones.
o Dificultad en el uso de lenguaje interno como forma de dirigir la conducta.

Todas estas manifestaciones llevan asociadas consecuencias negativas para ellos (problemas de conducta, baja tolerancia a la frustración, problemas emocionales, etc.) Sin embargo, el autocontrol es entrenable y los resultados son muy positivos cuando se combina la intervención directa con el niño y pautas a los padres.

Virginia Montero Parras
Psicóloga
EQUIPO ILD PSICOLOGÍA

mar
1

15 CLAVES PARA AUMENTAR LA ATENCIÓN DE LOS NIÑOS CON TDA-H EN EL AULA

Cuando trabajamos con niños con dificultades es importante no olvidar los contextos diferentes en los que se tiene que desenvolver: en casa con la familia, en el colegio, con sus amigos, etc… Las problemas se manifiestan en todos los ámbitos a los que el niño está expuesto y los adultos que están en contacto con él deben saber cómo manejar esas dificultades. ¡Así será mucho más fácil que generalice lo que aprende con nosotros en sesión!
Por este motivo, desde ILD, hemos decidido recopilar una serie de recomendaciones que los profesores pueden tener en cuenta en el aula a la hora de trabajar con niños que sufren Trastorno por Déficit de Atención con o sin Hiperactividad.

1. Situar al niño en primera fila, lejos de ventanas o cualquier otro elemento distractor. Asimismo, cerca del profesor para que pueda interactuar, supervisar y darle soluciones más fácilmente. De esta manera conseguir aumentar su atención limitando los estímulos distractores.

2. Para evitar la distracción, el profesor puede establecer con el niño a solas, una señal que pase inadvertida para los demás, de manera que cuando el profesor realice dicha señal, el niño sepa que debe volver a prestar atención ya que esto indicaría que se ha dispersado. Es aconsejable que el tipo de señal elegida sea táctil (por ejemplo, tocar su hombro).

3. Presentar las tareas con instrucciones claras y precisas. Si las tareas son largas, es conveniente presentarlas por pasos. (Por ejemplo: Lee el enunciado, luego realiza el ejercicio y, cuando termines, levanta la mano).

4. Si el número de tareas es elevado, puesto que el niño debe realizar un gran esfuerzo, es aconsejable o rebajar el número de problemas o fraccionar el trabajo. Si tiene que hacer diez problemas de matemáticas, no debe dárselos todos de golpe. Se le pueden dar 5 y decirle “te doy estos cinco problemas y me los tienes que traer hechos. No puedes levantarte hasta que los termines, me los traes y te daré otros cinco, ahí tienes”. Menos trabajos significa tener más descansos, con breve contacto con el profesor y luego volver al trabajo.

5. Reforzar verbalmente todos los pasos necesarios para la realización de las tareas, sentarse, prestar atención, utilizar una estrategia para resolverla y, revisar.

6. Es aconsejable que mientras trabajen en clase tengan cierta libertad de movimientos: se les deje levantarse, sentarse y moverse. Si el niño está quieto, le costará más aprender.

7. Respecto a la organización, deben tener material que les ayude a organizarse: carpetas, libretas de colores para cada asignatura, cualquier cosa sirve para que sean lo más organizados posible.

8. Enseñanza participativa: los niños pueden ayudar en clase, sería conveniente subir al niño al estrado para que desarrollen alguna función. Por ejemplo, si el profesor está explicando un problema de matemáticas en la pizarra, el niño puede ser su ayudante; si está leyendo, le puede tener al lado mientras va pasando con el dedo las frases que va leyendo.

9. Externalización de las normas durante la clase: se trata de utilizar claves visuales que ayuden al niño a controlar su comportamiento. Cada señal indica que hay cambios en las normas. Rojo: quédate en tu sitio, escúchame y no me hables. Amarillo: puedes hablar en voz baja, levantarte y preguntar dudas. Verde: puedes jugar libremente, hablar en voz normal. Azul: recuerda coger la agenda y los libros para hacer las tareas en casa.

10. Seguir el proceso de autoinstrucciones.
•Leer detenidamente el enunciado
•Entender lo que me piden
•Pensar cómo voy a hacerlo
•Hacerlo
•Repasar y corregir
•Pensar cómo lo he hecho. ¿Cómo me ha salido?
•El adulto deberá reforzar el proceso, es decir, felicitar al niño por haber seguido los pasos correctamente.

11. Cuando sepamos que ha realizado bien un ejercicio y deba corregirse en clase, pedirle que sea él quien salga a la pizarra y lo corrija. Reforzar el correcto proceso realizado para la resolución del ejercicio. De esta manera, se incrementará la percepción de competencia del niño.

12. Aumentar el tiempo de reflexión obligando al niño a tomarse un tiempo mínimo necesario antes de dar una respuesta a cualquier pregunta o ejercicio. Después de dar la respuesta, se le reforzará por el esfuerzo hecho; p.e. “muy bien, primero has pensado lo que debías contestar y después has respondido, fenomenal.”

13. Ante cualquier actividad que realice deberá identificar y tomar conciencia del problema o del ejercicio. Se recomienda que subraye y/o rodee las palabras y frases más relevantes para que aprenda a centrarse en la información más importante.

14. Alternar el trabajo que deba realizar sentado y que requiera mucha atención, con el trabajo que no le suponga tener que mantener largos tiempos atencionales, que le permita moverse y/o cambiar de posición. No obstante, respecto a las asignaturas, sería conveniente comenzar por las más complejas y terminar con las más sencillas.

15. Premiar y reforzar el proceso atencional y el resultado del mismo, haciendo uso del refuerzo social; p.e. “muy bien, así me gusta, que leas con atención el texto. Estás trabajando muy bien”.

EQUIPO ILD Psicología